Son las 4:15 del día 25 de diciembre y en 5 horas he de levantarme para tocar en la Catedral. No tengo demasiado sueño, y entre conversación y conversación con amigos trasnochadores me veo algún programa atrasado y todos los videos que por “h” o por “b” me voy encontrando en youtube. Hace escasamente diez minutos que he terminado de ver uno de esos que te aparece en videos de canales a los que estas suscrito (canal al que me suscribí, por cierto, a raíz de un video que Pablo me colgó en “caralibro”). Era un video de un recital que Juan Diego Flórez dio en el Teatro Real de Madrid el 2 de junio de este año.
Es ahora cuando se entiende el título de la entrada, y es que si todavía me quedaba algún resquicio de duda, ya se ha desvanecido. Después de ver estos videos, uno comprende que viviendo esto en directo se pueda llegar a un estado de embriaguez tal, como para que se produzcan ciertas manifestaciones externas que pasan desde un simple y popular “bravo”, ”maestro” a un “torero torero “y un “viva la madre que te parió” todo ello adornado con un sutil levantamiento de muletas.
Ya para terminar, resaltar que el video empieza con el famoso bueeeeno con el cual me siento plenamente identificado.
Éste es el video que Pablo colgó en Facebook:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y el muy cabrón se la canta medio tono más alto de lo que está acostumbrado. Qué bestia.
ResponderEliminarEs que es pa flipar!
ResponderEliminary parece que a canta así todos los días...